Al encuentro de vuestras metas, de nuestras metas y digo nuestras que no sólo vuestras y te invito a que las reconozcas mías que no sólo tuyas porque en algún momento de nuestra existencia podemos habernos topado con alguna situación pareja o podría la vida presentarnos algún día un encuentro con una vivencia muy similar, si no en forma, si en modo de sentirla…

Una reflexión al encuentro de nuestras metas con el objetivo, con la finalidad, con un PARA QUÉ: para que con este encuentro tod@s aprendamos de tod@s. Para entrenarnos en consciencia de que todo, lo mío, lo tuyo, lo vuestro, lo nuestro, todo nos aporta entre muchas cosas autoconocimiento y comprensión respecto a la vida, a vuestra vida, a nuestra vida; respecto a la mía. 

En este autoconocimiento y comprensión está: la aceptación, la integración, la decisión y la capacidad para liderar mi vida en libertad, asumiendo la responsabilidad de mis acciones y la libertad, responsabilidad y liderazgo para crear mi propia vida.

Hablemos de Metas, las tuyas, las mías:

.- Lograr  BIENESTAR. Bien estar, escuchemos esta palabra: sentirse bien, estar, encontrarte, en cualquier lugar, en cualquier momento, en cualquier espacio y tiempo, en soledad y en compañía, con independencia de los acontecimientos…Un estado de BIEN ESTAR cuyos cimientos se asientan en el ESTAR BIEN contigo. Estar en la vida, desde tu ser, desde tu esencia y dotando de valor tu esencia, ser , existencia.

Ese bien estar, ser, en el que te sabes, te sientes, te escuchas, te ves : en calma. 

Ese bien estar, ser, en calma y la tan soñada PAZ INTERIOR. En ese estado que es para muchos y podría serlo también para ti: EL ESTADO DE LA FELICIDAD. 

Un estado de bien estar que te permite crear tu vida en libertad y en coherencia con tu ser.  

Un estado de Bien Estar para el que has de estar dispuest@ a conocerte íntegramente, a reconocer y dejar de perseguir la perfección, para el que has de atreverte a vencerte, vencer miedo y barreras, para el que has de entrenarte en decir NO a lo que NO a quien NO… Ahí, lo dejo…

Atreverte a entristecerte, a enfadarte, a afrontar tus terrores y a amar y sobre todo a amarte. 

Un estado de Bien Estar que requiere de entrenarte; entrenarte también en reír y en recompensarte.

Un estado de Bien Estar que te invita a sedudir, pero sobre todo a seducirte; a brillar, a valorarte y a mirarte a través de tus ojos, que no de los otros. 

Un estado de Bien Estar para crear tu vida y no vivir la de otr@s

Un estado de Bien Estar para crear tu vida en libertad y disfrutarla en calma; en cohorencia con tu ser. 

Un estado de Bien Estar desde el que emerge el coraje para vivir. Vivir desde el corrazón. Vivir desde tu fuerza origen. Vivir ddesde la pasión por vivir estando y siendo tú 100% y siendo tú al 100%. 

Para lograr este Bien Estar: Cuidar-te Mente – Cuerpo – Emociones – Espíritu o esencia de tu Ser. 

Cuidar es dar, darte, mimarte, amarte. 

El estado de Bien Estar pasa por amarte y una palabra que es el Almor; amar desde el alma. 

La invitación a ALMAR-TE

Metas, las tuyas, las mías para: 

.- Mirar al miedo a los ojos: 

Miedo a que la vida pase sin sentido. Miedo a perder el tiempo. Miedo a que el tiempo vuele o se me vaya de las  manos. Miedo a desaparecer. Miedo a la Muerte. Miedo a estar sin existir porque lo que siento es no existo por no soy vist@. Miedo a ser invible para otr@s. Miedo a no valerme por mí mism@. Miedo a que no me amen. Miedo a la soledad. Miedo a no poder lograr mis sueños. Miedo al cambio. Miedo a que traicionen mi confianza. Miedo a perderme. Miedo al fracaso…, y muchos más miedos y como broche está el miedo al propio miedo. 

El miedo es esa emoción que emergió como un mecanismo de supervivencia, que ha permitido que el ser humano hayamos llegado hasta nuestros días; que no nos hayamos extinguido. 

El miedo es esa emoción que por excelencia nos nutre de nuevos recursos y herramientas y nos fortalece. 

Pero, es tal la mala fama del miedo que creemos que al mirarlo frente a frente pue hacernos desaparecer inmediatamente. No somos conscientes de que lo que hace el miedo es justo lo contrario : nos muestra íntegramente. 

El miedo tiene el poder de desvelarnos para lo que no estamos preparados y tiene la capacidad de hacernos de espejo respecto a lo que no deseamos ver o reconocer de nuestro ser o estar y que puede estar limitándonos en nuestro avanzar, crecer, crear, fluir y volar en libertad. 

Ese miedo nos aporta la consciencia respecto a la importancia de aprender y respecto a qué. 

Está también ese mideo a que la vida pase sin sentido, a perder el tiempo, a que la vida se nos vaya de las manos y ese miedo nos invita a ser conscientes de que la vida es para vivirla, crearla, completarla, saborearla con el máximo de minutos de pasión al día y que la vida no requiere de ser productiva y útil o productiva o útil para los demás, para ser vida y ser una vida viva. Una vida enriquecedora para ti lo es cuando es desde ser una vida tuya y no de otro  y desde ese origen o cimiento puedo nacer la posibilidad o no de aportar a otr@s. 

Mi vida tiene sentido en sí misma cuando la veo y reconozco, cuando escucho qué me quiere decir y aprendo, cuando la siento, la huelo, la saboreo, la siento en piel, cuando me atrevo a comprenderla venciendo al miedo. 

Una vida con sentido es una vida de viviente que no de superviviente: una vida elegida por mí, minuto a minuto, motivante e ilusionante y a mi servicio desde un sano egoísmo. 

Una vida que en este modo sentimos plena y diluye el miedo a que la vida pase sin sentido y que ese miedo a desaparecer, a la muerte, pues cuando esa muerte física llegue lo hará desde el haberme sentido y vivido minuto a minuto; desde el Ser y Estar en Bien Estar. Estando en mi vida que no en la de otro y estoy sin necesidad de que otros me den mi puesto porque soy yo quien estoy posicionad@ en mi vida. Soy yo quien me doy mi lugar y soy responsable del orden que me otorgo. Soy sin producir para otros aunque sí produzco: produzco mi estado de Bien Estar y desde ese estado decido aportar, compartir y relacionarme con el mundo. Till the end – Hasta el Final , si es que el final existe. 

Y otros miedos conviven juntos y en ocasiones celebran su triunfo: 

El miedo a ser invisible, a que no me vean, a no verme, a  no reconocerme, a no valorarme, a no atreverme a mostrarme al mundo, a no saber qué puedo aportar al mundo, a la posibilidad de que al mostrarme no guste a todo el mundo y tras esa  mirada la pérdida de valor cuando mis ojos no son míos sino que son los de otros; los de todo el mundo. 

Está también el miedo al fracaso cuando  el fracaso no existe salvo como camino de vida en el que aprender a soñar, proyectar y hacer realidad los sueños. 

Una vida viva requiere de acción, de acción para que se produzca reacción y el miedo al fracaso bloquea la acción y así y al mismo tiempo el aprendizaje y la posibilidad de crear camino; ese camino que se hace al andar. 

No nacemos sabiendo, nacemos queriendo de un modo natural y el paso del tiempo y nuestro duro enjuiciamiento limita la condición natural del ser humano a la acción y al aprendizaje. 

La vida en la que el movimiento no existe no es vida es cárcel; es muros, corazas, barrotes, grilletes…

El miedo, ese miedo al abandono, a sentirme abandonado, abandonada, y a que la vida me traicione, a que se me traiciones, a que dañen mi confianza, a que mi confianza se vea dañada y tras ese miedo una conversación con el propio miedo, en el que el miedo te invita a ser tu propia confianza, dando lo que pides. Un miedo que te confronta invitándote a ser el primero, la primera, en abanderarte con tus valores y a comprometerte con tu vida y cumplir con tus promesas. 

Un miedo firma en este modo contigo el acuerdo más importante en vida, contigo mismo, contigo misma: un acuerdo sobre el valor de tu palabra como fianza y compromiso. Un acuerdo con tu ser desde ser una persona confiable y en confianza con tu propia vida. 

Miedo, no tengo miedo y aceptando tu invitación a conocerme, vencer-me, superar-me, valorar-me y emocionarme con mi nueva vida y nuevo retos, me permito desde mi autenticidad : temer, amar, reír, llorar y también gritar. 

GRITAR NO a una vida que no sea MÍA. 

Recuerda: 

Una nueva vida te presenta nuevos retos y el coraje es uno de tus valores para afrontar, aprender y avanzar. 

 

 

 

 

 

Sí, me abandono al Miedo para en mi abandono permitir, atreverme, vencer mi gran miedo que es el miedo a ese miedo , el del abandono,  y en ese modo poder  posicionarme frente a él, a la misma altura, frente a frente y mirarle a los ojos y mirarme a los ojos; para mirar a mi miedo, a mi miedo al abandono, frente a frente a los ojos…

Y sentir, sientes algo?, pregunta que me lanza mi miedo en pensamiento.

Sí, alegría. Alegría en ese mirar a través de los ojos del miedo, de mi miedo al abandono, que me permite vencerte, vencerme, atreviéndome así  a realizar un viaje que en el tiempo y en el espacio, de un salto, me ha llevado hacia mi niñez. En mi vencer mi miedo al miedo , de pronto me veo en el origen de mi miedo, de mi miedo al abandono; el origen que está o tal vez podría ya decir estuvo, al reconocerlo, en mi tierna infancia. No tan tierna o sí? . Sí ternura es la emoción con la que de niña sentía, escuchaba, miraba y pensaba el Mundo , entonces tierna era mi infancia. Mi miedo al abandono y este viaje a través de tiempo y espacio me muestra una primera imagen: una niña bien pequeña, en una cama bien grande. Bien porque yo estaba bien, bien porque la cama estaba bien y bien porque el para que parecía estar bien y ese estar bien era para abrir mi mundo a un mundo sin barrotes; los barrotes de una cuna…Aquello estuvo bien miedo?. Bien a un Mundo sin barrotes, bien a un Mundo sin límites, sin muros, sin paredes… Bien muy bien pero entonces miedo porque apareció el miedo al abandono justo en ese tan temprano momento. Miedo al abandono cuando se nos suelta bien pronto, aún sin voz, aún sin fuerzas para caminar solos, aún sin la seguridad de sentirnos uno, de sabernos uno, sin autonomía… Aún sin sabernos Valiosos. Miedo al abandono al desaparecer no solo paredes sino cimientos; los de nuestros progenitores: raíces y abrazos y sin raíces y brazos cómo podemos crecer firmes, seguros y confiar para agitar nuestras ramas al viento y volar?.… Entiendo Miedo, miedo al abandono, en esa cama bien grande me sentí en abandono porque al no estar preparada se me expuso cuan animal indefenso a un mundo que presentí en peligro y en mi queja en gritos y llantos no asistidos sentí abandono, abandono al no ser sujeta en ramas y envuelta en abrazos… 

Abandonada al no sentirme Amada. 

Continuó mi viaje…

Viajo a través de mi miedo, mi miedo al miedo, el miedo al abandono, hacia otro espacio y tiempo, recorro y reconozco en mi 5 años en alegría y pocos llantos y un abuelo, el de mi madre, aquella que me arropó en esa cama bien grande … Un abuelo que me regaló raíces, ramas… Un abuelo con el que abrí caminos desde mi tierna infancia. Un abuelo que me enseñó a conectarme con la tierra, con mis raíces,  con el fuego, con mi fuerza,  con el agua, con mis emociones de ternura y alegría, y sonrío al recordar el agua anisada del botijo, abuelo, que me arrimabas… Un abuelo que me enseñó a mirar por primera vez al cielo y así descubrí el vuelo el vuelo en libertad y la voz , el canto, el bello  canto de los pájaros ; pájaros en libertad… Libertad, fuerza, alegría y ternura… Gracias abuelo, por raíces, por ramas y vuelos… 

De pronto, otra cama protagoniza este viaje de la mano de mi miedo, de mi miedo al miedo, de mi miedo al abandono…

Una cama en una habitación que nunca estuvo vacía y a la que de niña, en alegría y ternura, corría cada día para encontrar a mi abuelo a mis raíces, ramas y con mi canto al vuelo. 

Irrumpe en mi recuerdo, en este viaje de abandono al miedo, la imagen de esa misma habitación vacía,fría y el silencio como presencia… Corro y vuelo, al encuentro de mis raíces y ramas…Silencio, frío y en otra estancia cercana lloros y voces rotas en dolor…Corro y vuelo, al encuentro de mis raíces y ramas … Una voz me regala palabras : palabras que hieren cual dagas pues tus raíces y ramas jamás volverán… Tu abuelo se ha ido…Voz de una tierna niña que pregunta dónde para ir a buscarlas ; sus raíces y ramas… Un silencio se aclama. Un abuelo se ha ido y al abandono da entrada. Palabras de una voz que no explica nada y una niña a la que en Alma se siente abandonada… Se fue y sin palabras que Aman… 

Entiendo miedo, miedo al miedo, que se activó el miedo al ser abandonada,  porque nadie cayó en la cuenta de explicar a una niña en alegría, ternura y en ese momento en miedo, miedo al abandono que  la muerte llamo a la puerta y que no fue voluntaria. Niña que se sintió abandonada y no valorada y así no amada…

Niña que creció en su soledad no buscada con un miedo a ser abandonada porque en su más tierna infancia no puedo decir palabras y cuando podía decirlas, escucharlas y entenderlas desaparecieron de sus raíces y ramas. 

Continuaré haciendo mi viaje miedo, miedo al miedo, miedo al abandono,  para una mayor comprensión de mis palabras, aquellas que me digo y que comunico, para caminar mi vida Amando y siendo Amada sin miedo, sin miedo a ser abandonada. 

Continúa, continúo…